Para que exista una fractura de una falange distal o proximal de un dedo, previamente tuvo que haber existido algún trauma contundente, mal movimiento, sobre-elongación de la articulación o impacto de alto poder.
Es importante que si existe deformidad o el dolor no cede, consulte a su médico para realizar un examen presencial para evaluar la movilidad y características del dedo afectado.