La Acidosis Láctica es una consecuencia rara pero potencialmente severa del tratamiento con Metformina. Se debe sospechar en cualquier paciente que esté recibiendo el medicamento, cuando haya evidencia de Acidosis, aún cuando no haya evidencia de Cetoacidosis. Se debe suspender en caso de situaciones predisponentes a Hipoxemia, incluyendo colapso cardiovascular, infarto del miocardio agudo, insuficiencia cardíaca congestiva, disfunción renal (Creatinina Sérica > 1,5 mg/dL o CLCR anormal por cualquier causa, incluyendo shock); Acidosis metabólica aguda o crónica con o sin coma (incluyendo Cetoacidosis diabética) y Septicemia. La Metformina se excreta sustancialmente por el riñón. El riesgo de acumulación y Acidosis láctica aumenta con daño de la función renal. En adultos mayores, la función renal debe ser monitoreada regularmente. No se debe usar en mayores de 80 años a menos que tengan función renal normal. Se debe suspender en pacientes deshidratados y/o con Azoemia Pre-renal. Se debe suspender para cualquier procedimiento quirúrgico (reiniciar después de que la ingesta sea normal y se haya verificado la función renal). Se debe suspender por 48 horas en pacientes que sean sometidos a estudios radiológicos con administración intravascular de materiales de contraste yodados (potencial de alteración aguda de la función renal). Se debe evitar en pacientes con daño hepático. El paciente debe evitar alcohol agudo o crónico excesivo.