No pone en serio riesgo su salud, pero tiene pequeños riesgos manejables. Estos riesgos son derivados de la técnica y experiencia al momento de realizar la depilación, su tipo de piel, y el cuidado en los días inmediatos. En primer lugar evitar quemaduras por exceso de temperatura y aplicación sobre la mucosa. Después evitar infecciones por mala manipulación de la cera, salones donde dejan la misma, mismo recipiente, introducir en ella instrumentos ya usados la convierten en un caldo de cultivo para bacterias, etc. Después ver si su tipo de piel tiende a irritarse, usar algún producto de hidratación o que alivie la irritación. Ver si sus vellos tienden a crecer curvos y enterrarse en la piel de nuevo, para realizar algún tipo de exfoliación y evitar que esto suceda. Evitar situaciones que irriten la piel recién se realiza el procedimiento, tales como sol directo, prendas ajustadas, acaloradas, ásperas, etc. Si sigue estas recomendaciones este tipo de procedimiento no debe causarle problemas de ninguna índole.