Si se va a usar un termómetro tradicional (vidrio y mercurio), se debe tomar el termómetro por la punta del vidrio y no de la parte metálica, ponerlo frente a los ojos, preferiblemente a la luz y buscar los números que aparecen en él. Girar el termómetro suavemente hasta que aparezca una línea oscura sobre los números, sacudir vigorozamente el termómetro hasta que la línea baje a 35 o menos. Si ya se encuentra ahí, poner el termómetro en la axila por el lado metálico y dejarlo ahí quieto por al menos 3 minutos. Retirar el termómetro de la axila y nuevamente repetir las acciones anteriores a colocar el termómetro, fijarse en qué número está la línea oscura y si está por encima de 38.5°C quiere decir que se tiene fiebre, de lo contrario no.