Esta práctica se ha popularizado bastante con el tiempo y mucha gente la hace con el fin de ayudar a controlar su ingesta de alimentos. Su explicación es que el vaso de agua ingerido previamente a la toma de los alimentos ocupa espacio dentro del estómago y, tal como usted lo anota, ayuda a que se llegue a la saciedad ingiriendo menos alimentos. Realmente no tiene ningún problema para la salud hacerlo y ayuda a las personas que quieren controlar su peso. Sin embargo el estómago actúa como una bolsa que tiene un componente elástico que se puede ir adaptando a volúmenes más grandes con el tiempo. Entonces la recomendación en general es tratar de comer siempre hasta quedar saciada pero nunca más, ya que de esa manera se evita que el estómago aumente su capacidad y entonces sea más difícil sentirse llena. Es importante también no irse al otro extremo y terminar comiendo menos de lo que se supone debe comer para un funcionamiento adecuado del organismo. Si lo hace prudentemente y vigila que no aparezcan cambios muy bruscos en su peso, no veo ningún problema en esta práctica.