Elegir el método de anticoncepción apropiado es una tarea muy importante, para lo cual se deben tener en cuenta varios aspectos: la edad, el estado de salud, la madurez y responsabilidad de la persona. También se pueden tomar en cuenta las creencias religiosas y los deseos personales y de la pareja. En su caso particular lo primero es felicitarle por tomar la decisión de planear su vida sexual y reproductiva. Lo siguiente es ver que se encuentre en buen estado de salud y revisar algunos de los aspectos positivos y negativos de cada uno de los métodos. Para empezar ninguno de los métodos propuestos protegen contra enfermedades de transmisión sexual (ETS). En cuanto a las pastillas podemos decir que su principal problema es que se debe tomar diariamente a la misma hora, de lo contrario su efectividad disminuye. En cuanto a la inyección su problema es que puede alterar ligeramente el metabolismo del calcio e incrementar el colesterol. También se debe tener en cuenta que recuperar la fertilidad después de suspender su uso prolongado puede tomar más de 6 meses. Por el lado positivo ambas suelen aliviar dolores menstruales y ovulatorios, pero la inyección puede ocasionar períodos irregulares mientras las pastillas los regulariza. Los efectos secundarios relacionados a las hormonas se encuentran en ambas opciones e incluyen aumento de peso inicial, pero suele mejorar con el tiempo. Entonces podemos concluir que si no se siente con el orden necesario para tomar con juicio la pastilla, la recomendación es usar la inyección por un período que no supere los 2 años. Allí evaluar el método de planificación y de esta manera evitar los problemas relacionados con el calcio principalmente, que aunque no son severos sí se deben tomar en cuenta para el largo plazo.