En realidad más que la situación de orinarse sin darse cuenta, lo que es más preocupante es el alcoholismo. El hecho de tomar hasta ese punto de obnubilación de los sentidos, se hace proclive o víctima del alcohol. Lo que está sucediendo es el resultado de lo que está pasando en el cuerpo, es decir, en el hígado y en el cerebro, lo que quiere decir que la intoxicación etílica impide tener control sobre los sentidos, las reacciones y el contacto con el exterior. Todo lo anterior lo pone en inminentes riesgos sociales, familiares, económicos, de salud, de relaciones.