1) Mantener un aseo adecuado de la zona diariamente. 2) Usar prendas íntimas de algodón. 3) No usar ropa ajustada o apretada. 4) No permitir que el sudor se mantenga en la zona por mucho tiempo (como por ejemplo al hacer ejercicio y al finalizar no ducharse). 5) Acudir al médico para un examen y ver si se tiene algún tipo de lesión irritativa vulvar que requiera tratamiento.