La infección por VIH tiene un ventana negativa en la cual no se puede detectar el virus en las pruebas que es de 2 a 3 meses después de la infección, por lo cual 16 meses después de la exposición al virus o de la relación sexual de riesgo, este ya sería detectado en la sangre. Se debe continuar controles con el médico para evaluar evolución.