Estas situaciones se presentan frecuentemente cuando hay estrés, se ha comido de una manera abundante antes de dormir o se está produciendo un reflujo gastroesofágico durante las noches. Se recomienda que se cene ligero, al menos dos horas antes de ir a la cama, elevar la cabecera de la cama a 45°, tratar de practicar alguna técnica de relajación antes de dormir. Si persisten los síntomas consultar al médico tratante para que se realice una historia clínica completa y un examen físico para poder realizar una valoración adecuada.