Lo principal es mantener hidratada la garganta, aumentando la cantidad de líquidos consumidos, disminuir el uso de la misma (reposo vocal), evitar los cambios de temperatura bruscos. Si aún así persisten los síntomas, lo más recomendable es que se consulte a otorrinolaringología para que se revise la integridad de la mucosa y descartar alguna patología.