La eficacia de los anticonceptivos orales puede reducirse hasta producir un fallo anticoncepcional, cuando se administran junto con medicamentos que incrementan el metabolismo del preparado hormonal. Ejemplos de estos son Ampicilina, Amoxicilina, Metronidazol, Tetraciclinas, Rifampicina, Rifabutina, barbitúricos, Primidona, Fenilbutazona, Fenitoína, Dexametasona, Carbamazepina, Felbamato, Oxcarbazepina, Topiramato, Griseofulvina y Modafinilo. En estos casos, en general, es preferible recurrir a un método anticonceptivo no hormonal (preservativo). El resto de los medicamentos no tienen evidencia de interacción con las pastillas anticonceptivas.