Cuando hay sangrados cerebrales, dependiendo del lugar en el cerebro y la cantidad de sangre, se puede presentar alteración en la fuerza en el habla, en el estado de conciencia, las consecuencias puede ser muy graves dejando secuelas permanente; en ocasiones ese tipo de sangrado, si son muy graves y abundantes, generan un aumento significativo y no controlado de la presión intracraneal y pueden generar la muerte.