Lo más importante es darle alimentos de manera llamativa, ser creativa con los platos, jugar con los colores y texturas. Nunca cambiar la comida que ya está servida por otra que la niña quiera, ya que esto fomenta desórdenes en los hábitos de alimentación. Mantener horarios establecidos y evitar comidas empaquetadas, frituras, jugos artificiales, refrescos y dulces.