Hay que saber que es importante la cantidad de sueño pero también la calidad del mismo; ahora, dependiendo de la edad, se duerme más o menos tiempo. Es así como los bebés recién nacidos duermen 23 de las 24 horas y así, en la medida en que se crece, se va durmiendo menos hasta los adultos que suelen dormir entre 6 y 8 horas. Lo importante también es tener una buena higiene del sueño , es decir, no tomar estimulantes antes de ir a la cama como café, té, gaseosas negras, no ver películas de terror, no tener conversaciones desagradables o que irriten a la persona, tratar en lo posible, de respetar la hora del sueño, es decir, una misma hora para ir a la cama, evitar ver televisión en la cama y no dormir con aparatos electrónicos dentro de la habitación.