Recordar que durante una cirugía se producen daños en los tejidos, nervios y vasos sanguíneos que demoran un tiempo en recuperar, por lo tanto es normal que inmediatamente después de una cirugía haya debilidad, adormecimiento y dolor. Seguir las recomendaciones del cirujano, mantener el reposo indicado y cuando se indique, se inicien terapias para que la recuperación sea adecuada.