Es necesario primero, confirmar con pruebas serológicas (de sangre), y establecer mediante el examen clínico y paraclínico por un médico el estadio de la enfermedad, y de esta forma determinar el tratamiento indicado para el paciente en particular. Se trata con antibióticos como la Penicilina G, pero primero es esencial e invaluable la valoración clínica por un médico y que este envíe el tratamiento correspondiente.