No todas las personas presentan los mismos síntomas. La gravedad, frecuencia, y duración de los síntomas pueden variar según la persona y su enfermedad en particular. Entre los síntomas más frecuentes y que constituyen el diagnóstico se encuentran:
Sentimientos persistentes de tristeza, ansiedad, o vacío
Sentimientos de desesperanza y/o pesimismo
Sentimientos de culpa, inutilidad, y/o impotencia
Irritabilidad, inquietud
Pérdida de interés en las actividades o pasatiempos que antes disfrutaba, incluso las relaciones sexuales
Fatiga y falta de energía
Dificultad para concentrarse, recordar detalles, y para tomar decisiones
Insomnio, despertar muy temprano, o dormir demasiado
Comer excesivamente o perder el apetito
Pensamientos suicidas o intentos de suicidio
Dolores y malestares persistentes, dolores de cabeza, cólicos, o problemas digestivos que no se alivian incluso con tratamiento.
Si presenta alguno de estos síntomas le recomiendo que consulte a su médico tratante.