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En los bebés la fiebre es motivo de consulta por urgencias cuando está alta, es decir, generalmente en un valor mayor a 38.6°C o cercano a los 39°C. Esto es porque puede ser peligrosa y causar síntomas como convulsiones.
Si su niño está con fiebre de 38.5 y aparte tiene síntomas respiratorios como tos y mucosidad nasal, es muy probable que esté cursando con una infección respiratoria y requiera de tratamientos médicos, por lo tanto, es necesario que saque cita con su médico y lo lleve a revisión.
En casa puede realizar ciertos cuidados para ayudarle a disminuir los síntomas, por ejemplo:
1. Colóquele compresas húmedas en la región de la frente y abdomen para ayudar a disminuir la fiebre
2. No lo abrigue demasiado
3. Dele a beber agua a tolerancia
4. Evite corrientes de aire
5. Utilice una perilla para retirar el exceso de mucosidad nasal
Por otro lado, como le comenté al principio, si a pesar de estas medidas la fiebre aumenta y se acerca a 39°, entonces no debe esperar a su cita médica y debe llevarlo de inmediato al servicio de urgencias. Lo mismo si presenta otros síntomas de empeoramiento, como dificultad respiratoria.
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