Es importante mantener un estilo de vida saludable, ejercicio rutinario y progresivo, alimentación balanceada, rica en frutas y verduras, ingesta de agua (8 vasos diarios), evitar situaciones de estrés, consumo de sustancias toxicas (licor, cigarrillo, drogas ilícitas), así como mantener adecuados hábitos de sueño y reposo.