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Esa atracción va ligada a un factor evolutivo y de perpetuación de la especie que viene desde los simios; unas nalgas grandes, unos senos grandes y unas piernas y caderas grandes, evolutívamente se asocian a una mujer mas apta para la procreación, es decir, para tener hijos y eso se observa mucho en todos los mamíferos. Ahora bien, aunque existe ese factor evolutivo, ya hablando más a fondo del ser humano, es algo también muy asociado a las influencias de su medio, sobretodo a la imposición de estereotipos femeninos diversos a lo largo de la historia, que a la postre, no termina siendo mas que algo cambiante y muy subjetivo.