Aunque al Cannabis se le han atribuido propiedades medicinales, es sin duda más nociva que el alcohol, puesto que produce daño cerebral, alteraciones en la forma de las células sexuales, en caso de ser consumida por mujeres embarazadas corren el riesgo de tener partos prematuros con niños de bajo peso, además se ha determinado que hijos de padres adictos pueden presentar trastornos de disminución de la capacidad para concentrarse.