Como todo medicamento, los anticonceptivos orales tienen efectos terapéuticos y efectos secundarios. Cuando un medicamento es aprobado para uso en humanos por las autoridades sanitarias de cada país, previamente se han debido cumplir una serie de etapas de estudio e investigación muy estrictas, entonces partiendo de esa idea, cuando un medicamento sale al mercado ya se tienen datos de seguridad del mismo. Ahora, la cosa no para ahí, luego de que el medicamento ya se empieza a vender, los laboratorios que los crean y las autoridades sanitarias les empiezan inmediatamente a hacer seguimiento en el tiempo para evaluar su comportamiento año tras año y documentar qué cosas negativas se presentan; eso es lo que sucede con Yasmin y con muchos otros medicamentos que en algún momento crean algo que se llaman Alertas Sanitarias Medicamentosas, es decir, una autoridad sanitaria como el FDA o el Invima dicen, este o aquel medicamento puede producir X o Y efecto, tengan cuidado con su uso o definitivamente suspendan su uso. En este caso y como siempre sucede con cualquier medicamento se debe saber para qué se usa y de qué manera se usa y el médico debe informar los pro y contras de usarlo. Si se decide dejarlo está bien, se podría usar otro tratamiento distinto, pero si se continúa usándolo se debe saber que ese efecto se puede producir y se estaría consciente e informada de seguir o no usándolo. También se debe tener en cuenta si se tiene algo que contraindique su uso o si por ejemplo se es predispuesta a problemas de coagulación que puedan desencadenar una Embolia Pulmonar, eso se puede conversar con el médico tratante.