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Si, no hay ningún problema.
Durante los tres primeros meses de embarazo, el útero donde está creciendo el bebé, aumenta de tamaño hasta llegar a la altura del ombligo, y puede incluso no ser evidente. Los músculos abdominales que permiten sumir el abdómen, son externos, y no ocasionan ni presión ni daño sobre el útero de la mujer embarazada. De hecho, el contraer dichos músculos (sumir la panza) podría ser recomendable, ya que permite que se sigan contrayendo, y por lo tanto tener un mejor “tono” o firmeza del abdómen.
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