Lo aconsejable aquí es tratar de observar qué pudo haber cambiado en el entorno del niño para que ocasiones ese trastorno en el sueño. Por ejemplo un cambio de cuidadora, ruidos externos, ambiente de hogar tenso, mucha luz, gritos, dolor de estómago, cambio de alimentación, de leche, gases, cambio de casa, etc. Cualquier alteración en la rutina pudo haberlo condicionado.