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El tener una sonda permanentemente y cambiarla constantemente genera un trauma en las vías urinarias, causando con ello procesos de fibrosis como parte del mecanismo de defensa ante el mismo; y es probable que sea lo que te esté ocurriendo. Algunas ocasiones, esta misma fibrosis ocasiona que las vías urinarias se cierren (estenosis) causando mayor incomodidad y dificultad para colocar las sondas. Este tipo de cuadros debe ser atendido en consulta con tu médico: dependiendo de los hallazgos, se puede requerir un cambio en el calibre de la sonda, usar otro tipo de dispositivos e incluso considerar un tratamiento quirúrgico.
En caso de que presentes demasiada dificultad, sangrado, dolor importante, o que no drene nada de orina luego de una hora puesta, será necesario que acudas al servicio de urgencias.
De igual manera, el tener una sonda de forma permanente si puede generar infecciones crónicas; por lo que cada cuadro requiere de un manejo con antibióticos de forma específica.
Quedamos atentos a cualquier duda que puedas tener más adelante. No olvides calificarnos.