La Metadona sirve para el dolor intenso de cualquier etiología. Dolores postoperatorios, postraumáticos, neoplásicos, neuríticos, por quemaduras, cuando no responden a analgésicos menores. También para el tratamiento sustitutivo de mantenimiento por adicciones, dentro de un programa de control médico y conjuntamente con medidas de tipo médico y psicosocial.