Los complejos físicos son debidos, muchas veces, a presiones de grupo que hacen que el individuo no quiera reconocerse y aceptarse como es. Lo adecuado es agradecer por la vida que se tiene, por la posibilidad de ver, de oír, de tocar, de admirar la vida con lo que trae y saber que quien es capaz de ver detrás de lo puramente físico es la persona que vale la pena. Un psicólogo puede ayudar.