En este caso puede deberse a distintos escenarios, pero se pueden simplificar en dos: 1. La sangre se debe a una lesión del pene (por ejemplo una fisura o una lesión del frenillo del glande) que ocasiona sangrado abundante, pero sólo por la descripción que se menciona no es posible determinarlo. 2. Que la eyaculación venga con sangre (Hematospermia es el nombre técnico), lo cual también tiene diferentes causas. La recomendación es que si en el momento se tiene sangrado por el pene que no mejora, consultar al servicio de urgencias ya que se requiere una valoración y tratamiento oportuno y sean revisados los genitales y determinar qué estudios o manejos adicionales se requieren.