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Todo padre siempre desea lo mejor para sus hijos y por eso los protege, lo que puede suceder, es que dichas decisiones que quizás toman con buenas intenciones de protección, chocan con lo que nosotros como hijos pensamos y creemos que es lo correcto que se debe hacer y entonces llegan los roces y momentos incómodos y de enfrentamiento entre padres e hijos. Para evitar ese tipo de situaciones, la comunicación asertiva y abierta es de suma importancia dentro del seno familiar, así se pueden sobrellevar y limar mejor las diferencias y asperezas que puedan presentarse.