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Es posible que si sus amígdalas están agrandadas las perciba un poco al tacto. Es diferente si se trata de sus amígdalas o de ganglios linfáticos en el cuello. Estos últimos pueden crecer ante infecciones respiratorias o en gargantas como la amigdalitis, pero suelen disminuir progresivamente de tamaño al resolver.
En algunos individuos pueden palparse algunos ganglios aunque no estén notoriamente agrandados o durante alguna infección. En este caso es importante que no crezcan, que se muevan o que no se sientan muy duros. Por lo general, con una valoración clínica se puede asesorar esto, pero si continúa la sospecha de un ganglio aumentado de tamaño, se puede complementar con estudios de imágenes.
Mantenga la calma, probablemente sus médicos no han encontrado anormalidades durante la valoración, y la sensación que percibe corresponda efectivamente a sus amígdalas aumentadas de tamaño por todos los factores que menciona. Dependiendo de la frecuencia de infecciones u otros hallazgos, podría beneficiarse de su extracción.