Lo importante es comenzar una observación detallada de qué alimentos, ingredientes o situaciones personales o ambientales generan esos momentos de distensión abdominal, de gases, de reflujo, etc. Llevar un registro escrito por unos 15 días, si esa distensión se acompaña de dolor, de diarrea o de otros síntomas para ser comentado en detalle al médico tratante. Puede ser desde cosas muy simples como intolerancia a algún alimento, hasta cálculos en la vesícula, por ejemplo.