La gran mayoría de las veces, esto se debe a: uso de protectores todos los días, uso de duchas vaginales, rasurado, ropa interior de licra, o ropa interior lavada con suavizantes. Otras veces se relaciona con el secado, el cual debe realizarse de adelante hacia atrás para evitar infecciones secundarias a la materia fecal.
Si cambiando estos hábitos de higiene no se logra mejoría clínica, se sugiere consultar.