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Los principales fármacos para la reducción de la motilidad intestinal son del grupo de los opioides como la loperamida. Esta actúa a nivel del tracto gastrointestinal incluyendo el intestino delgado, debido a su acción sobre el plexo mientérico (nervios del músculo intestinal). No obstante, sí es frecuente percibir la molestia abdominal o cólicos aún con el tratamiento, en parte al tránsito de gas intestinal. Podría beneficiarse del uso de antiespasmódicos para mitigar el dolor o agentes adsorbentes como el subsalicilato de bismuto o la diosmectita.
Recuerde evitar la automedicación, si se refiere a un cuadro de disentería infecciosa, no es recomendable el uso de inhibidores de la motilidad intestinal, ya que podrían favorecer el estado de portador crónico.
Mantenga una buena hidratación y refuerce medidas como el lavado de manos.