Los efectos secundarios son mínimos, pero pueden llegar a ser variados. Si es un medicamento de consumo habitual, debes tener controlado los tiempos de coagulación. Entre los efectos más comunes se encuentra, dolor faringolaríngeo, estreñimiento, náuseas, reacciones alérgicas, dolor en las extremidades, espasmos musculares, alteración de las pruebas hepáticas o aumento de marcadores musculares. En cualquier caso, debes consultar a tu médico tratante para mayor información.