Los efectos son por una parte, los propios de este tipo de anticonceptivos hormonales independientemente de la vía de administración. El más importante es la posibilidad de desarrollar coágulos sanguíneos, mucho más en personas fumadoras, obesas o mayores de 35 años. Estos coágulos pueden localizarse en cualquier parte de organismo y dependiendo de su localización pueden llegar a ser muy serios, causando embolismos pulmonares y embolismos cerebrales. Los demás efectos secundarios que son también comunes a los anticonceptivos hormonales pueden ir desde nauseas, vómito, dolor de cabeza, dolor en los senos, ganancia de peso, cambios en el estado de ánimo, acné y menstruaciones dolorosas. Por último los propios de este tipo de dispositivo que pueden ser irritación de la mucosa y cuello vaginal, incomodidad vaginal, incomodidad y salida accidental del dispositivo, flujo vaginal, colocación accidental en vejiga y otros más raros. El incremento de riesgo de coágulos es entre 1 y 12 veces más que una persona normal que no use anticonceptivos. Probabilidad hasta 12 en 10.000 casos por mujer por año. Sería óptimo consultarle a su ginecólogo y escoger el método más indicado para su caso. Si tiene hijos podría ser mejor el dispositivo o T.