La glicohemoglobina o hemoglobina glicosilada es el marcador más importante para la monitorización de pacientes diabéticos. Durante la vida circulatoria de los glóbulos rojos, la HbA1c es formada continuadamente por la adición de la glucosa en la porción amino-terminal de la cadena beta da hemoglobina. Este proceso refleja una media de la exposición de la hemoglobina a la glucosa por un extenso período. La tasa de producción es dependiente del nivel de glucosa sanguínea y de la vida media de las hematíes (aproximadamente 120 días). De esa forma refleja los valores integrados de la glucosa correspondientes a las últimas 6 a 8 semanas.