El Virus del Papiloma Humano (VPH) se transmite por contacto genital y anal (piel a piel). No es necesario el intercambio de fluidos como sí lo es para la transmisión del HIV. Es un virus de alta distribución en el mundo: el 80% de la población sexualmente activa ha sido contagiada con VPH, pero sólo el 1% presenta verrugas y sólo el 3% desarrolla cáncer de cérvix. La dificultad radica en que la infección no produce síntomas y el daño puede aparecer mucho después del contagio. Actualmente existe una vacuna contra algunos de los serotipos (variedades) del VPH que pueden producir cáncer de cérvix. Debido a que el preservativo no protege de esta infección, pues se da en los tocamientos o juegos previos a la penetración, la mejor manera de evitar el contagio es teniendo una vida sexual estable y limitando el número de compañeros sexuales.