La pérdida de apetito en los niños es algo frecuente (no va a ser la primera ni la última vez en varios años que eso suceda). Los niños suelen aburrirse rápido de las comidas cuando notan que les es monótono el acto de comer o cuando comen las mismas cosas una y otra vez. También puede ser que tenga algún tipo de ansiedad (rabia por algo, tristeza por algo) o simplemente no tiene apetito. Otra causa es que estén comiendo muchos dulces simples entre comidas y eso les quite el hambre de las "comidas de sal".
Con los niños hay que ser muy pacientes y creativos cuando ese tipo de situaciones se presentan. Intente que coma frutas para despertar la motilidad intestinal y con ello el apetito. Puede usar suplementos tipo Pediasure mientras recupera las ganas de comer y si definitivamente nota que está totalmente renuente a comer, lo mejor es llevarla con el pediatra.
Intente que la niña encuentre atractiva la comida, que le diga qué se le antoja y que inclusive le ayude a preparar lo que quiere comer, obvio bajo supervisión para no tener accidentes de cocina.
Que las comidas las encuentre como algo divertido y no como algo aburrido y monótono.