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Las alteraciones antes de la semana 20 de embarazo en general se tratan como una amenaza de aborto, pero el diagnóstico definitivo depende de la ecografía. Después de las semana 20 se puede tratar como un desprendimiento de placenta.
Hay datos limitados sobre los tratamientos para prevenir el aborto espontáneo en mujeres con riesgo promedio. Sin embargo, un estudio encontró que la suplementación con algunas vitaminas se asoció con un menor riesgo de aborto espontáneo.
Lo más apropiado es consultar con el profesional que esté realizando en control prenatal e indagar sobre los resultados de la ecografía y hacer un seguimiento estricto. Según el resultado tomar la conducta más adecuada.
Se recomienda a los pacientes acudan a urgencias si hay sangrado que empapa por completo dos toallas higiénicas por hora durante más de dos horas.