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Las fisuras anales (pequeña heridas lineales en el margen del ano) son la causa más común de sangrado rectal en los niños menores de un año.
Cuando se asocian con el estreñimiento, las fisuras anales generalmente mejoran al mejorar la consistencia de las deposiciones (mejorar dieta, ingesta de líquidos) o con lubricante como la vaselina. Debe evitarse la limpieza vigorosa, es mejor no usar pañitos húmedos y lavar bien el área perianal (alrededor del ano) con agua y secado con palmaditas suaves que no generen roce.
Los bebés y los niños tienen más probabilidades de desarrollar estreñimiento con riesgo asociado de fisuras anales durante los siguientes períodos: Inicio de alimentos sólidos o leche de vaca en la dieta, entrenamiento para ir al baño y la entrada a la escuela.
Si el sangrado persiste o se asocia u otro síntomas como dolor en el abdomen, vómito, fiebre, distensión (hinchazón) en el abdomen, debe consultar de urgencia.