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Tengo 17 años, no he echo ninguna fuerza últimamente, no puedo estirar completamente mis pies porque el dolor es paralizante, y al hacer un intento siento los músculos contraídos.
Puede ser totalmente normal si no tienes otros síntomas ni signos de alarma.
Aunque existen múltiples causas de dolor de espalda, la mayoría de pacientes que acuden al servicio presentan un dolor de espalda no especifico, que se denomina así, por la ausencia de una condición especifica que lo desencadena, y dentro de estos pacientes la mayoría son dolores musculoesqueléticos, el cual por tu descripción del dolor podría ser tu caso. Menos del 1% de pacientes presentan este dolor por causas sistémicas severas, y en estos casos, presentan signos de alarma (entre estos, edad avanzada, uso prolongado de corticoesteroides, trauma severo, presencia de abrasión o contusión).
Si tu dolor es musculoesquelético ocasionado por varias razones, como largas jornadas de pie, movimiento brusco, posición incomoda, trauma haciendo deporte o esfuerzo físico, entre otras, puedes mejorar con medidas locales de paños de agua tibia sobre la zona afectada por 15 minutos 3 veces al día, además de intentar adoptar pausas activas al menos cada media hora en tu jornada, donde descanses de una misma posición, con movimientos y estiramientos suaves de las extremidades, tronco y cuello, o en tu caso sentarse.
Si en definitiva el dolor es persistente a pesar de medidas locales y modificar hábitos posicionales, puedes dar la opción farmacológica, iniciando con antiinflamatorios no esteroideos locales o si se requieren orales. Este tratamiento te lo debe indicar tu medico para que te realice una valoración completa (historia, síntomas, examen físico, ayuda diagnostica si lo requieres) y sea quien indique un tratamiento oportuno.
Recuerda los signos de alarma con los que debes acudir inmediatamente al medico, son déficit neurológico (retención urinaria, incontinencia urinaria o fecal, piernas dormidas, limitación para mover las piernas), infección, cáncer o antecedente familiar de cáncer, no mejoría o progresión del dolor.