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Es difícil distinguir entre miedo y ansiedad, pues clásicamente se han utilizado estas palabras indistintamente. Sin embargo, hay algunas escuelas que las diferencian a partir del estímulo que las causa.
El miedo es una sensación de angustia o de inseguridad, que puede provocar una situación real o imaginaria, ante un estímulo identificable, y que suele ser transitorio y desaparecer, una vez desaparece el desencadenante, que suele ser universal y aparecer como respuesta ante un peligro. Es decir, es probable que el estímulo que lo desencadene, también lo desencadene en otras personas.
Por otro lado, la ansiedad es una respuesta patológica (no normal) a situaciones que pueden ser cotidianas o no, y muchas veces, el desencadenante no puede ser identificado, a diferencia del miedo. Suele manifestarse con síntomas como sudoración excesiva, taquicardia, sensación de ahogo, temblor, sensación de inquietud, y que si se prolonga en el tiempo o aparece muy frecuentemente, se puede convertir en un trastorno de ansiedad, que suele responder a las siguientes características:
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