Por la edad del bebé no es tan aconsejable ya que los pelos de los gatos son muy pequeños y delgados lo que puede traer consecuencias respiratorias y desencadenar alergias, por ser este el primer contacto. Cosa diferente si durante el embarazo la madre hubiera estado con los gatos. Sin embargo mientras ellos se familiarizan con su bebé evite que estén en contacto directo con él, no deben estar dentro de la habitación del bebé.