Lo primero es estar seguro con su médico que no hay ninguna enfermedad de base o trastorno anatómico o fisiológico que la ocasione. Una vez descartado esto lo más aconsejable es tener seguridad con su pareja, es decir un nivel alto de confianza, de respeto, de comprensión, de comunicación y de deseo para llegar a ese grado de intimidad. Una vez se tenga este paso llegar a la relación con un preámbulo no tan largo, hablar con su pareja para que llegando al orgasmo suspenda los estímulos y usted haga ejercicio mental de pensar en otra cosa muy diferente a sexo mientras controla estos momentos de inminente eyaculación. Puede ayudarse oprimiendo con su mano el cuerpo del pene. Una vez superado esto, retomar la actividad hasta conseguir en el momento indicado el orgasmo mutuo que se busca.