El tener un piercing en el pezón puede traer las siguientes dificultades o problemas:
- Puede dificultar la adecuada técnica de lactancia, puesto que el bebé no podrá tomar el pezón en forma y llevar a cabo una succión adecuada
- Se pueden presentar reacciones alérgicas por contacto en el bebé (cavidad oral y piel) por contacto con el metal del piercing.
- De acuerdo a la forma de cicatrización, se pueden generar cicatrices hipertróficas o reacciones crónicas inflamatorias en el pezón que afecten y/o tapen los conductos galactóferos que secretan leche, o en su defecto cambiar la arquitectura del pezón.
Dicho lo anterior, no te recomiendo lleves a cabo este procedimiento, pues se desconoce la probabilidad de que ocurra lo anteriormente mencionado.
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