La Sertralina se usa para tratar la depresión, el trastorno obsesivo-compulsivo (pensamientos perturbadores que no desaparecen y la necesidad de realizar ciertos actos una y otra vez), los ataques de pánico (ataques súbitos e inesperados de terror extremo y la preocupación por esos ataques), el trastorno de estrés postraumático (síntomas psicológicos perturbadores que aparecen después de una experiencia aterradora) y el trastorno de ansiedad social (temor excesivo a interactuar con otras personas o a presentarse ante ellas, lo que interfiere con la vida normal). También se usa para aliviar los síntomas del trastorno disfórico premenstrual, como cambios bruscos de estado de ánimo, irritabilidad, hinchazón abdominal y sensibilidad en los senos. La Sertralina pertenece a una clase de antidepresivos llamados inhibidores selectivos de la reabsorción de la Serotonina (SSRI por sus siglas en inglés). Actúa aumentando las concentraciones de serotonina, una sustancia natural del cerebro que ayuda a mantener el equilibrio mental.