Hipócrates y Galeno ya conocían esta enfermedad, realizando las primeras caracterizaciones.
Miles de años antes de Cristo, algunas culturas consideraron la trepanación (hacer un agujero en el cráneo) como una posible cura para la migraña, por supuesto sin éxito.
Muchas de las descripciones de Lewis Carroll en su obra ‘Alicia en el país de las maravillas’, son inspiradas en ataques de migraña y sus respectivas auras, condición la cual padecía este escritor.
Algunas migrañas con aura pueden simular infartos cerebrales, provocando intervenciones neurológicas complejas como por ejemplo trombolisis (tratamiento para destruir un trombo).
Las imágenes cerebrales (como tomografía o resonancia) son muchas veces una preocupación para médicos y pacientes, sin embargo en la gran mayoría de los casos el examen es completamente normal. De hecho, las migrañas típicas no necesitan ni requieren neuroimágenes para el diagnóstico.