Las férulas (como por ejemplo la muñequera) permiten ciertos arcos de movilidad mientras que los yesos no.
Precisamente en esta diferencia está basada la indicación de solicitar uno o el otro, ya que los dos son muy efectivos. Por ejemplo, si hay una fractura, en la mayoría de las ocasiones se prefiere el yeso para evitar complicaciones al mover la zona afectada; por el contrario, si lo que hay es tendinitis la articulación necesita reposo pero no inmovilidad total.
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