Lo principal es cambiarla de posición tan frecuente como sea posible, pues las escaras se forman por la presión que se hace en la piel y el tejido entre la cama y los propios huesos del paciente. Usar almohadas, cojines, neumáticos, etc. le puede ayudar a disminuir estas zonas de presión pero no reemplazan la necesidad del cambio de posición frecuente. Lo segundo es mantener la escara muy limpia: debe limpiarse a diario usando solución salina estéril y limpiando con una gasa para retirar todo el material blando o en descomposición que pueda facilitar la infección. Existen varios productos antiescaras. Estos se pueden mezclar con un poco de anestésico local en gel y antiácido y cubrir la escara nuevamente. Recuerde que si hay signos de infección es necesario que lo vea el médico pues pueden requerirse antibióticos o cuidados intrahospitalarios.